martes, 20 de enero de 2015

Vuergüenza

Raúl Gracía
(@raulitorulix)

Vergüenza. Es lo que siento, y no soy el único, huelo Vergüenza por todas partes. Vergüenza por vivir en un mundo en el que mueres por hacer reír, en el que te debes sentir representados por unos actores de teatro de segunda que vuelan y se desviven por una foto, para después desaparecer como si fueran sombras.

Antes de nada, pedir perdón por salirme del guión. No voy a hablar de música, ni siquiera remotamente, por lo que, lector, si es lo que esperabas, te recomiendo que dediques tus sagrados minutos a otra cosa. Igual consejo te doy si eres de moral sensible.

Cuando hace un mes, en España, decías “Charlie Hebdo”, la gente te miraba extrañada, y sin embargo todos sabemos ahora lo que es, por unos terroristas a los que vete-tú-a-saber-quién ha nombrado adalides de Mahoma y defensores de su nombre a ultranza. Lo mortalmente irónico de todo este suceso es que la pantomima no hizo más que comenzar. Días después, líderes de todo el mundo marcharon por las calles de París en una manifestación multitudinaria en defensa de la libertad de expresión, y en condena y repulsa a esta masacre. Y no hay que olvidar la otra manifestación: una serie de políticos decidieron cogerse de los brazos y dar unos cuantos pasos, hacerse una foto, y huir del lugar como si París fuera una ciudad de leprosos. A los hechos me remito. Vergüenza.



Tú, español, francés, alemán, debes sentirte representado en esta foto, pues tu presidente del Gobierno está aquí, y es lo que me hace sentir Vergüenza. Pero tu presidente del Gobierno no está con el pueblo, el cual se manifiesta a escasos metros. ¿Sientes ya Vergüenza? Sigo, igualmente, porque ni Orwell podría haber imaginado algo así.

El pasado 29 de octubre, Tuerka News, un espacio de sketches satíricos, hizo público un vídeo en el que una persona con pasamontañas, que dice ser representante del PP, anuncia el fin de la actividad ilegal de este partido, disolviéndolo, “deponiendo las armas”. Al parecer, las víctimas del terrorismo se han visto ofendidas, por lo que ha sido una asociación llamada Dignidad y Justicia, y no la Asociación de Víctimas del Terrorismo, la que ha denunciado al humorista Facu Díaz, creador del vídeo. Así que ya saben, mientras condenamos que se coarte la libertad de expresión en otros lugares y nos hacemos la foto, no hablamos ni opinamos de estos temas, que para nada coartan la libertad de expresión. La Vergüenza está a flor de piel. Gracias a Dios (o a Alá, a Buda, a Shiva o al Monstruo del Espagueti Volador), a día de hoy esa denuncia ha sido archivada. Menos mal que nos queda un mínimo de sentido común.

Para terminar, y mientras nuestros políticos apoyan sin miramientos al sufrido pueblo francés, atacan al sufrido pueblo español. La Ley de Seguridad Ciudadana, conocida célebremente como la “Ley Mordaza” (en alusión a la flagrante defensa a la Seguridad Ciudadana que desempeña) deja sin protección al ciudadano. No grabes a un policía en servicio, porque puede sentir Vergüenza. No te manifiestes cerca de las Cortes, los que dentro trabajan pueden sentir Vergüenza. No ocupes edificios abandonados, sus propietarios, quienes pueden haber incluso olvidado que tienen ese inmueble, pueden sentir Vergüenza.

No voy a utilizar una palabra simplista como la que es Casta, una palabra de moda, que resume a duras penas la realidad que quiere denunciar. No me gusta, pues los que pusieron de moda esa palabra ahora me parecen Casta. Me empiezan a dar Vergüenza, porque ahora dicen representarme. Me producen Vergüenza los terroristas integristas que matan porque no saben convencer con palabras, me producen Vergüenza los políticos que no tienen la decencia de manifestarse junto a los que representan, me produce Vergüenza la hipocresía a la que por desgracia estamos acostumbrados – y condenados-. Me produce vergüenza la Casta, la coleta, la rubia, el guaperas, el barbudo y la niña de los chuches. Pero siempre hay algo que me da fuerzas para querer que todo cambie, y vivir en un lugar mejor. La gente.

Porque la gente, resignada porque pase lo que pase al día siguiente se levanta a las seis a trabajar –o no-, ha salido en defensa de la libertad de expresión, y en condena de cualquier tipo de violencia. Porque un pueblo como el francés, que no se diferencia del inglés, del alemán, del español, del nigeriano, del saudita o del indio, que ha sufrido un golpe que apenas ha podido digerir, sale a la calle y defiende sus derechos, que para nada interfieren en sus creencias, porque ellos son a los que anteriormente llamaba líderes, porque son los que quiero que me representen. Por ellos no siento Vergüenza, siento orgullo.